BCS: el reto de seguir creyendo en la paz
- Sebastián Del Mar
- 25 abr
- 3 Min. de lectura
En Baja California Sur estamos acostumbrados al viento que sacude sin previo aviso.

En Baja California Sur estamos acostumbrados al viento que sacude sin previo aviso. Pero esta semana, no fue la brisa del Pacífico ni el soplo del Mar de Cortés lo que nos sacudió, sino una serie de hechos violentos que nos regresaron a una conversación que pensábamos superada: la seguridad.
Incendios de transporte público en Los Cabos. Narcomantas. Rumores, videos, incertidumbre. La gente volvió a mirar por encima del hombro y a preguntarse si realmente somos ese estado tranquilo que presume su paz con tanto orgullo. ¿Fue una excepción o es una advertencia?
No es momento de pánico, pero sí de sinceridad. Baja California Sur no es una isla fuera de la realidad nacional. Y lo que ha ocurrido en días recientes nos lo recuerda con crudeza. Es tiempo de reconocer que la paz no se mantiene sola. Que requiere vigilancia, estrategia… pero sobre todo voluntad.
Voluntad no solo política, sino ciudadana. Porque la seguridad no se construye desde los discursos ni desde los operativos mediáticos. Se construye desde el tejido comunitario, desde las escuelas, desde los hogares y también desde los medios de comunicación, que tenemos la responsabilidad de informar con precisión, sin alarmismo, pero sin maquillaje.
Es fácil caer en el discurso maniqueo de que todo es culpa del gobierno o de que “nunca pasa nada aquí”. Pero lo cierto es que la tranquilidad que caracteriza a este estado no puede darse por sentada. No basta con buenas intenciones. Requiere recursos, coordinación interinstitucional y una ciudadanía que exija sin miedo, pero también que participe activamente.
Y ahí entra otro reto: la confianza. ¿Qué tan dispuestos estamos a confiar en nuestras instituciones? ¿En nuestra policía? ¿En nuestros jueces? ¿En nuestras autoridades locales?
La respuesta no es cómoda, pero necesaria. Mientras la corrupción no se castigue, mientras las estructuras sigan siendo opacas, mientras los criminales tengan más recursos que los ministerios públicos, será difícil pedirle a la gente que confíe.
A pesar de todo, Baja California Sur sigue siendo un estado con oportunidades extraordinarias. Nuestra geografía, nuestra biodiversidad, nuestra calidad humana, son fortalezas reales. Pero como cualquier otra riqueza, son frágiles. Y si no las protegemos, las podemos perder.
La violencia no aparece de la nada. Es el síntoma de algo más profundo: desigualdad, impunidad, abandono. Por eso, si queremos construir una paz duradera, no basta con reaccionar a los hechos. Hay que preguntarse qué los provoca.
Y también hay que decirlo: no todo es negativo. Esta semana, en paralelo a los hechos violentos, vimos a cientos de ciudadanos organizarse para limpiar playas, a estudiantes ganar premios por innovaciones científicas, a jóvenes deportistas prepararse para representar a BCS a nivel nacional. Esa también es la realidad de nuestro estado.
Entonces, ¿qué toca hacer?
Toca exigir, sí, pero también colaborar. Toca informarnos, sí, pero también participar. Toca defender la paz no solo como una ausencia de violencia, sino como una condición activa, construida entre todos.
Porque si algo ha demostrado Baja California Sur a lo largo de su historia es que aquí sabemos resistir. Y también sabemos reinventarnos. Que no se nos olvide.
¿Quién es Sebastián del Mar? Un periodista apasionado por Baja California Sur, el medio ambiente y el desarrollo social. Con más de 15 años de experiencia en medios locales y nacionales, su pluma combina análisis crítico, sensibilidad social y un profundo amor por la región. Cada semana, Sebastián ofrece en BajaSur360 una mirada reflexiva sobre los temas que impactan la vida en el sur de México.
Pides confianza del ciudadano a las autoridades estatales cuando ellos son parte del un cartel , EN QUE MUNDO VIVES ESTAN DESLEGITIMADAS Y BIEN HACE EL CIUDADANO EN NO FIARSE DE ELLAS.