Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera mujer en hacer repicar la Campana de Dolores
- Editorial
- 16 sept
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La histórica campana de Dolores repicó la noche del 15 de septiembre de 2025 como cada año, pero en esta ocasión marcó un hecho sin precedentes: por primera vez en la historia de México, fue una mujer presidenta quien tocó el largo lazo que hizo resonar este símbolo de la gesta independentista.
El Tin-tan de la campana inundó el Zócalo de la Ciudad de México, donde miles de personas se congregaron para atestiguar el primer Grito de Independencia encabezado por Claudia Sheinbaum.
Las arengas de Claudia Sheinbaum en el Grito de Independencia 2025
Con un total de 22 vivas, la presidenta exaltó a héroes y heroínas de la independencia nacional. Entre ellos: Miguel Hidalgo, José María Morelos, Ignacio Allende y Vicente Guerrero.
Pero Sheinbaum marcó diferencia al dar voz a mujeres protagonistas de la historia como Josefa Ortíz de Domínguez, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra y Manuela Molina “La Capitana”. También recordó a las heroínas anónimas, mujeres indígenas y migrantes.
Las últimas arengas se centraron en valores y principios:
“¡Viva la dignidad del pueblo de México!”
“¡Viva la igualdad!”
“¡Viva la democracia!”
“¡Viva la justicia!”
Y los tradicionales: “¡Viva México!”, “¡Viva México!”, “¡Viva México!”.
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Mujeres cadetes entregan la bandera a la presidenta
Antes de salir al balcón de Palacio Nacional, Sheinbaum recibió el lábaro patrio de manos de una escolta integrada por mujeres cadetes del Heroico Colegio Militar. Acompañada de su esposo, Jesús María Tarriba, salió al balcón central donde fue recibida con vítores y la consigna transformada: “Es un honor, estar con Claudia hoy”.
La monumental bandera ondeó sobre un Zócalo colmado de tricolor, mientras la multitud celebraba la independencia en una jornada que quedó registrada como el primer grito de una mujer presidenta en México.
El Zócalo, epicentro de una noche histórica
Funcionarios federales, gobernadores y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, acompañaron la ceremonia desde los balcones anexos de Palacio Nacional.
El acto concluyó con el júbilo colectivo, los colores patrios iluminando el cielo y la presidenta despidiéndose desde el balcón, en una noche que marcó un capítulo histórico en la vida política y social de México.
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